En 2010, Etxebarri veía nacer al Club Sincro-Urbarri. Los primeros pasos no resultaron sencillos. Se trataba un deporte minoritario y en el que se necesitan medios y horas para mejorar. Pero hay una palabra que en el diccionario de las personas que forman el club no existe: rendirse, algo que han alejado de su trayectoria como club, y, gracias al esfuerzo y el tesón de entrenadoras, la directiva y, como no, de las…
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